Ni el Estado ni el mercado existen aisladamente; sólo son lo que son cuando los vemos en mutua relación. Son construcciones teóricas que hablan de ciertas relaciones sociales, es decir, son instituciones. Para Agulla, toda sociedad implica relaciones de poder entre desiguales, un poder que puede ser económico, político o ideológico, que divide a la sociedad en ricos y pobres, conocedores e ignorantes, fuertes y débiles. Estado y mercado son instituciones que canalizan las conductas de las personas dentro de relaciones de poder político y económico, con el fin de optimizar los beneficios de la convivencia social.